viernes, 19 de octubre de 2012

LAS OTRAS VÍCTIMAS DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO: LO/AS HIJOS E HIJAS...


Lo/as niño/as son victimas directas de las agresiones causadas en su presencia (próxima o remota), tanto como pueden serlo las madres, e incluso más por su debilidad e indefensión.  Por tanto al ser víctimas directas no pueden ser considerados como testigos presenciales, como se suele decir cuando se observan las cosas superficialmente.

 Debido a la exposición de los menores a la violencia, estos comienzan a desarrollar actitudes violentas, comportamientos regresivos, conflictividad en sus relaciones con los demás, sufren de ansiedad, depresión, e incluso tendencias suicidas. Según informe elaborado por UNICEF en 2005, el 40% de los niños de los que sufren tales cuadros se convertirán en maltratadores potenciales, mientras que  una proporción similar de niñas se convertirán en víctimas potenciales de violencia de género.





            El mecanismo psicológico de los menores, respecto a actos de violencia que se produzca en su entorno, no es diferente del que se desencadena en el obrar de los adultos, solo cambia la inferioridad de sus resortes defensivos.

           Por ser niño/as no dejan de padecer de modo directo las agresiones que en su presencia se producen, precisamente por la precariedad de su desarrollo fisiológico ante un mismo acto lo sufren con mayor  intensidad que los adultos,  aumentando el impacto psíquico que padecen.



                Siguiendo algunas manifestaciones de alguno/as autore/as se puede entender mejor como afecta las experiencias vividas por los menores dentro de la Violencia de Género en su desarrollo social y cognitivo:

      *Ashley Montagu; Ningún ser humano ha nacido nunca con impulsos agresivo u hostiles, ni se hace agresivo u hostil sin aprenderlo, es decir ningún niño amado se convertirá jamás en un delincuente ni en un asesino”.

       *Jhon Bowlly; Es imposible que los hijos que viven en ambientes familiares      presididos   por la violencia de género, puedan salir indemnes, el niño sufre un temor y padece una inseguridad en mayor grado que su madre, y en la mayoría de los casos puede considerarse culpable del drama familiar”. 

             *Miguel Lorente Acosta; Una sociedad  que tiene serias dificultades para ver y entender la violencia sobre las mujeres, aún tiene mayores problemas para aceptar que estas agresiones también afectan a los menores”.

            Es importante vencer el estereotipo de que las personas menores de edad  son testigos de las situaciones de violencia que se producen en su entorno familiar, y concienciarnos de una vez por todas que esto/as son víctimas directas (por recibir el maltrato directamente), o indirectas por ser testigos de esa violencia. Cuando diagnostiquemos correctamente a lo/as menores comenzaremos a tratarlos y ayudarlos como víctimas que son. 
 












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