A continuación os expongo un relato breve de una intervención real de un caso de Violencia de Género que sucedió en el año 2008 entre una pareja joven de origen marroquí, y que fue seguido y tratado por la unidad especializada de la que formaba parte.
Se extrae de este episodio narrado, la relevancia que tiene la posibilidad de intervenir de oficio en supuesto claros de violencia de género, cuando la supuesta víctima se encuentra tan anulada en sus facultades cognitivas y volitivas, que no es capaz de identificar su situación de víctima y mucho menos de plantarle cara a su maltratador.
Relato:
A través de un aviso telefónico
remitido a la unidad de VdG se contacta con una mujer que en un principio niega
querer identificarse, esta manifiesta a los agentes que tiene conocimiento de
que su vecina del piso de al lado, una mujer de unos veinticinco años de origen
magrebí padece una situación constante de maltrato.
La requirente informa que
el último hecho que le ha animado a llamar a la policía se produjo en la tarde
del día anterior, comenta que oyó unos fuertes gritos por parte del marido de
la presunta víctima, que no puede identificar lo que decían esos gritos al
estar expresados en otro idioma, pero que sonaban a gritos despectivos. Esta
manifiesta que nunca oye a la mujer marroquí, que parece una discusión de solo
una persona y que tan solo en una ocasión escucho la voz de la mujer gemir de
dolor, pero que era como si esa voz misma intentase controlar el tono que
emitía. La requirente comento al agente que en un par de ocasiones que se ha
cruzado con la pareja por el descansillo del portal ha observado como la mujer
siempre lleva un velo en la cabeza y unas grandes gafas de sol puestas tanto en
el interior como en el exterior y que en una de las ocasiones un gran hematoma
brotaba por debajo del filo de las gafas...