miércoles, 30 de octubre de 2013

EL TERRORISMO DE GÉNERO MATA Y HA MATADO MÁS QUE E.T.A EN ESPAÑA.

¿Porqué no se puede considerar el maltrato sistemático que padece y ha padecido la mujer como "terrorismo de género"?.

Es evidente que la actitud social estandarizada ante un terrorismo político que ante un terrorismo de género es total y antagonicamente opuesta, debido a que el origen de la conceptualización de la violencia es diferente. La base de la violencia que prima en el terrorismo político deviene de factores externos, mientras que en la violencia machista es totalmente estructural , sistemática y longitudinal.

Se tiende por costumbre adquirida de los sistemas patriarcales a comparar la magnitud de las violencias sin tener en cuenta el resultado de las mismas, aunque sean idénticos, y los objetivos que han llevado a desarrollarla, aunque engloben circunstancias análogas


Convendría plantearse para desvirtuar esta errónea selección de graduación de la violencia una serie de cuestiones, tales como;  ¿acaso se puede seleccionar la calidad de las víctimas?, ¿vale más la de un miembro de las FCS que la de una mujer civil cualquiera?...NO VERDAD?, pues porque no, nos horroriza por igual cada mujer asesinada en manos de su pareja hombre?, porqué minimizamos el problema?, ¿porqué gran parte de la sociedad lo considera un problema de puertas para dentro, de la intimidad de los hogares?.., seamos conscientes y coherentes, y ubiquemos a la Violencia de Género en el lugar que se merece, como la mayor lacra de las sociedades actuales, que más mujeres mata en el mundo, muy por encima que el terrorismo, en cualquiera de sus expresiones.


No olvidemos que el fin máximo que pretende el terrorismo siempre es el mismo, la consecución de determinados prerrogativas, coacciones y limitación de voluntades a través de la violencia y de la imposición de la fuerza, creando una situación eminente de terror ante quien se dirige. Entendiendo ese terror como la capacidad de intimidar y coaccionar a un tercero por medio de ataques puntuales, a través de la amenaza que no es ni más ni menos que la suspensión temporal del terror, resultando cierta en su futura posibilidad de comisión, pero abstracta e inconcreta en cuanto a su procedimiento y momento de comisión. 

Una vez instaurado el terror en una sociedad (terrorismo político) o en una víctima puntual (terrorismo de género), el "terrorista" pretende favorecerse del terror causado, para imponer sus ideas y convicciones, someter a los terceros y beneficiarse de los privilegios sociales, alcanzando la culminación de los objetivos que le llevaron a atentar, bien contra un pueblo, bien contra una mujer. 

Buscando similitudes entre ambas actitudes violentas, expresadas en distintos tipos de terrorismo, cabe centrarse en que para la consecución de ambos, se hace necesario cierto asimilación social de los objetivos que les llevan a ejercitar ese terror ante la amenaza de un tercero. Para el terrorismo político existe un culpable claro y definido, una justificación externa que les hace tener que llegar al extremo de la violencia más salvaje para justificar sus acciones injustificables, ese culpable es el Estado, que veja e impone al colectivo que se ve avocado "según ellos , claro" a acudir a la violencia como arma de defensa ante la opresión que padecen. Del mismo modo sucede con el terrorismo de género, el terrorista o maltratador, busca irremediablemente una justificación externa que minimice y ampare sus atentados contra la víctima, su pareja o ex pareja, acudiendo a estímulos externos tales como el alcohol o las drogas, o internos tales como los comportamientos violentos, que la actitud de la mujer les lleva a acometer, haciendo a está responsable de la agresión que acaba de recibir y que "de forma obligada por ella" ha tenido que realizar el maltratador.

Hay que erradicar del pensamiento colectivo la idea de que la violencia de género al producirse en su generalidad en el ámbito privado, esta amparada por ciertos valores y costumbres asumidos como normales, ningún acto violento que pretenda la imposición de valores debed ser consentido, sino todo lo contrario, reprochado socialmente con la fuerza que otorga el sentir de la totalidad social. 

No porque el género masculino se vea excluido del potencial de víctimas del terrorismo de género, como no sucede con el terrorismo político que a priorí puede ser cualquier persona, se debe de considerar que la lacra de la violencia de género es un problema de mujeres, si no que tiene que primar un pensamiento antagónico a este, donde el género masculino se sienta impulsor en esta lucha para erradicar el terrorismo de género, así el propio sistema patriarcal será el encargado de auto-destruirse socialmente, tal y como perece ser la única solución a esta lacra. 

Valgan unos datos para argumentar lo expuesto con la rigurosidad que otorgan las cifras estadísticas;

* Desde el año 2003 al año 2011 E.T.A mató en España a 15 personas, durante ese mismo periodo de tiempo 624 mujeres fueron asesinadas en manos de su pareja o ex pareja hombres.

* Desde el año 1977 (que ETA empezó a matar) hasta el año 2011, esta banda de asesinos ha matado a 858 personas, lamentablemente la estadística real de casos de mujeres muertas por VdG se empezó a acometer en el año 2003, pero haciendo una lógica extrapolación de medias, basándonos en la media de mujeres asesinadas que murieron en el periodo arriba referido, las mujeres asesinadas por la Violencia Machista desde el año 1977 al año 2011, ascendería a la escalofriante cifra de 2.450 víctimas. 

El terrorismo de Género mata al triple de mujeres que el terrorismo político mata personas, ¿no os parece aberrante?, ¿a caso alguien duda ahora de que exista el terrorismo de género?, pues eso, luchemos con la misma rabia o mayor, contra la lacra de la violencia machista, al igual que hemos hecho y hacemos contra la lacra del terrorismo político..., ¿no les parece dolorosamente lógico?.

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