Partiendo de la distinción biológica de ambos sexos, se constituye tergiversando estos, el entramado del poder masculino, con la consiguiente jerarquización social entre hombres y mujeres.
Este proceso logra instaurarse como el "orden natural" en la sociedad humana, porque siendo una innovación cultural inducida por el ser humano, se presenta como si fuese una disposición espontanea de la naturaleza. Este hecho presenta carácter de falsa normalidad a los principios, valores, creencias y actuación social, impuestos por el poder dominante; el masculino.
Se entiende por "normal" lo que por estar sujeto a norma común de comportamiento, debemos aceptar como correcto, como necesario, incluso como imprescindible, además de inevitable. La normalidad no se discute, simplemente se acepta, al contrario lo considerado anormal se asocia con un modo de ser, de pensar o de actuar, que entraña la toma de posiciones considerada contra-natura...
Realizando una breve reflexión sobre algunas de las realidades sociales que se han ido considerando como normales, hasta hace escaso tiempo, se aprecia que la errónea "normalidad" que nos quieren imponer y que nos han ido imponiendo desde los sistemas sociales patriarcales a lo largo de la historia, acaban interiorizándose socialmente como "lo normal", otorgándoles la consideración de invariable, por lo que la desidia de la asimilación de esa anormal normalidad, hace que no se luche contra su imposición.
Sirva como ejemplo, estas realidades que aún hoy en día existen en nuestro entramado social y que gracias a desenmascarar ese halo de "errónea normalidad" que las envolvían, se han ido mitigando levemente, siguiendo siendo en la actualidad realidades palpables de la desigualdad entre hombres y mujeres imperante:
-Las mujeres siguen teniendo menos posibilidades laborales, tanto de acceder a los puestos, como de ascensos en los mismos, así como perciben por la realización del mismo trabajo que el hombre un remuneración inferior que este.
-Las mujeres realizan la mayor parte del trabajo no remunerado dentro y fuera de sus familias.
-Las mujeres no están representadas conforme a su proporción de la población en parlamentos y en las demás instituciones de toma de decisiones, lo que se ha venido a llamar "la mayoría en inferioridad".
-Los hombres dominan en los altos cargos de los poderes legislativos, ejecutivo y judicial, etc, en fin en todos los poderes del Estado.
-Los Consejos Directivos de las grandes empresas y multinacionales están compuestos en su mayoría por hombres, para que una mujer adquiera esa consideración, tiene que se una "super woman", ya que se le va a exigir muchísimo más que a cualquier hombre, que ya por su condición biológica, tiene una gran parte ganada.
Etc. etc, etc...
Evidentemente se esta avanzando hacia la igualdad real y efectiva entre ambos géneros, pero esta se encuentra muy lejos aún de ser alcanzada, la igualdad real se producirá cuando una mujer mediocre llegue a ser Consejera Delegada de un gran empresa, como tantos hombres mediocres hay ocupando cargos de responsabilidad.
Realizando una breve reflexión sobre algunas de las realidades sociales que se han ido considerando como normales, hasta hace escaso tiempo, se aprecia que la errónea "normalidad" que nos quieren imponer y que nos han ido imponiendo desde los sistemas sociales patriarcales a lo largo de la historia, acaban interiorizándose socialmente como "lo normal", otorgándoles la consideración de invariable, por lo que la desidia de la asimilación de esa anormal normalidad, hace que no se luche contra su imposición.
Sirva como ejemplo, estas realidades que aún hoy en día existen en nuestro entramado social y que gracias a desenmascarar ese halo de "errónea normalidad" que las envolvían, se han ido mitigando levemente, siguiendo siendo en la actualidad realidades palpables de la desigualdad entre hombres y mujeres imperante:
-Las mujeres siguen teniendo menos posibilidades laborales, tanto de acceder a los puestos, como de ascensos en los mismos, así como perciben por la realización del mismo trabajo que el hombre un remuneración inferior que este.
-Las mujeres realizan la mayor parte del trabajo no remunerado dentro y fuera de sus familias.
-Las mujeres no están representadas conforme a su proporción de la población en parlamentos y en las demás instituciones de toma de decisiones, lo que se ha venido a llamar "la mayoría en inferioridad".
-Los hombres dominan en los altos cargos de los poderes legislativos, ejecutivo y judicial, etc, en fin en todos los poderes del Estado.
-Los Consejos Directivos de las grandes empresas y multinacionales están compuestos en su mayoría por hombres, para que una mujer adquiera esa consideración, tiene que se una "super woman", ya que se le va a exigir muchísimo más que a cualquier hombre, que ya por su condición biológica, tiene una gran parte ganada.
Etc. etc, etc...
Como ya se ha comentado anteriormente en alguna otra entrada, la socialización es
el principal elemento de control para ajustar las acciones que realizamos a los
resultados y expectativas que se espera de nuestros actos socialmente. Es un
mecanismo de control interno ya que los individuos han interiorizado las
normas, costumbres y valores preponderantes, para ajustar sus comportamientos
respecto de estos. Pero al socializarnos corremos el riesgo de que no todo lo
que es comúnmente aceptado en un determinado periodo de tiempo o marco social
lo sea en otro contexto social o cultural, por lo que en ocasiones
interiorizamos comportamientos erróneamente permitidos socialmente que debido
al dinamismo cultural y social de las civilizaciones quedan descontextualizados
en otra época o sociedad.
Esto ha sucedido y sucede con la desigualdad entre
géneros, que hasta no hace muchos años estaba comúnmente bien visto pero que el
avance lógico de la paridad entre estos ha ido poniendo fin a pensamientos
sociales que justifiquen la superioridad del género masculino ante el femenino.
Estos cambios culturales y sociales se entienden mejor a
través de las teorías del conflicto cultural y social que tantos autores
defendieron como Cohen, Sellin, Turk, Vold,…etc. Estos autores defendieron que
los cambios culturales y sociales generan actitudes criminógenas, que el
conflicto es una forma de interacción común para solventar las diferencias que
generan las distintas perspectivas culturales y sociales.
La asimilación principalmente por varios colectivos de
valores paritarios respecto a los géneros, ha influido notoriamente en la
conciencia social general, despertando sentimientos de incomprensión y rechazo
en los más radicales defensores del machismo como base que sustenta las
relaciones sociales en todos sus ámbitos; laborales, sentimentales,
culturales,…etc, este hecho ha producido a la par que multitud de movimientos
en pro de la igualdad entre géneros, el ensalzamiento de colectivos, cada vez más
minoritarios, que sustentan las irrisorias ventajas de una sociedad patriarcal,
defendiendo actitudes y costumbres ancestrales por miedo a perder el control y
el poder que les otorgo el dominio impuesto al género contrario, para no ver
mermadas sus ventajas y privilegios impuestos, para así evitar luchar
de igual a igual con quien no consideran su igual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por interactuar con el Blog, en breve tu texto será publicado.