sábado, 17 de noviembre de 2012

MITOS PARA JUSTIFICAR A LOS HOMBRES QUE EJERCEN VIOLENCIA CONTRA SU PAREJA O EX PAREJA MUJER.


Existen una serie de mitos instaurados en el pensamiento social que justifican o minimizan en cierto modo a los agresores que maltratan a sus mujeres, el objetivo sigue siendo invisibilizar los verdaderos motivos de esta clase de violencia, la herencia del patriarcalismo. Algunos de estos mitos son:

     1- los hombres violentos son unos enfermos”; Científicamente está demostrado que la proporción de enfermos mentales entre los hombres que agreden a sus parejas mujeres es la misma que  entre la población total.  Además un enfermo no selecciona como, cuando y donde pegar para que no sean visibles las consecuencias de las palizas.






        2-“Actúan bajo el efecto del alcohol y las drogas”; Este argumento refleja como la     “virtud” varonil de beber se ha instaurado como parte normal de la cultura general y de una argumentación pseudocientífica.

     Es conveniente reflexionar sobre el hecho de porqué la cultura reflejada en la normativa penal acepta como atenuante en esta clase de delitos que ponen en peligro la integridad personal, lo que en otros, como en la conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas, merece la autonomía de delito propio y en otros modifica la responsabilidad penal agravando la pena.

“Los hombres que maltratan a sus mujeres beben para pegar y no pegan porque hayan bebido”.

     3- “Son personas incapaces de integrarse”; es totalmente infrecuente que suceda esto, los hombres que maltratan a sus parejas mujeres generalmente están bien adaptados a su entorno, son considerados por lo general encantadores, con los terceros igual que lo fueron  con sus parejas al principio de la relación antes de “poseerla” , cuentan con la comprensión de las autoridades, y en ocasiones hasta con la de la familia de la propia víctima.

    4- “Es que nacen así”; La historia de la psicología es un vaivén constante entre la explicación biológica del comportamiento humano contra la explicación social.  Un sinfín de investigaciones sostienen que la violencia es un comportamiento adquirido, al igual que sucede con los roles y estatus interiorizados por los géneros en el proceso de socialización.

    5- “Eso es lo que aprendieron”;  La mayoría de las personas reconocen que los malos tratos son un comportamiento aprendido, especialmente si el maltratador fue testigo o víctima de violencia en su infancia. Existe mucha parte de verdad en esta reflexión, pero lo que deberíamos plantearnos es porque los hombres y los niños no se identifican con modelos de relación “femeninos” alejándose de esa violencia, analizar esta cuestión podría llevarnos a entender que los verdaderos motivos del sexismo están en el sexismo, a sea en la alianza de los prejuicios contra las mujeres con el poder.

     6- “Son analfabetos emocionales”; cierto es que algunos hombres padecen una falta de capacidad para  reconocer y expresar sus  emociones, necesidades y deseos, como cierto es que muchos maltratadores tienen muchos déficits en esta área.  Sin embargo cuando un hombre impone su voluntad sobre una mujer, sabe  exactamente lo que quiere y lo comunica con palabras y acciones,  por lo tanto los malos tratos son realmente un método para expresar emociones y demandas y no la falta de habilidades de comunicación.

     7- “No saben qué hacer con su ira”; Totalmente falso, la realidad es que los maltratadores utilizan su ira como un arma efectiva que dirigen dolosamente contra las mujeres y no por ejemplo contra su jefe, o el orden establecido. El hecho de que los maltratadores elijan donde y con quien se comportan agresivamente, indica que los malos tratos no son un problema de comunicación ni de falta de control de la ira, sino una elección.

      Es decir los hombres maltratan porque de esta manera consiguen ejercer poder y control sobre la otra persona, sobre la mujer.  

En resumen no existe ninguna razón ni fisiológica ni psicológica, ni mucho menos moralmente aceptada para justificar y minimizar cualquier tipo de violencia que ejerza cualquier hombre contra una mujer dentro de una relación sentimental ni fuera de ella, por supuesto. Cada acto es totalmente reprochable y nos toca al resto de la sociedad culpabilizar al culpable con todas las fuerzas y mecanismos tanto legales como morales que dispongamos a nuestro alcance. 

Un maltratador no puede estar bajo ningún concepto socialmente aceptado, un maltratador no puede levantar la mirada del suelo porque a cada paso alguien de nosotros le debe recriminar su actitud y le vetara el espacio común que disponemos las personas que nos adaptamos a las normas establecidas desde la igualdad de género no desde el patriarcalismo y las sociedades androcentricas. 

De ahí que es trabajo de toda la sociedad erradicar estos mitos comúnmente extendidos y normalizados que otorgan a estos bárbaros un estatus de reconocimiento y aceptación en el entramado social.

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